Páginas

20.2.09

22 primaveras bien vividas

Hoy es el cumpleaños de Claudia, son 22 años. Todo el tiempo vivido bien aprovechado, bien disfrutado, con objetivos que alcanzar, con esfuerzos por conseguir grandes metas, con promesas cumplidas, sin dejar huellas de desafíos por el camino, con legalidad, timidez a veces, luchando por elevar esa autoestima que, a pesar de las cualidades que posee, no tiene demasiado alta, con carácter, fuerte, pero firme, como su abuelo materno, un lujo para estos tiempos que vivimos, buena estudiante, buena hija, mejor nieta, pregúntenle a su hermana qué tal como hermana porque ahí yo no me atrevo, una risa contagiosa, unos ojos almendrados como su abuelo paterno, dulce pero sin empalagar, agridulce diría yo, lo lleva la sociedad, soñadora, futura arquitecta, buen gusto, ritmo acelerado, habitación desastrada, todo por el suelo, tan pronto está en casa como parte para una regata, nunca sabe qué le espera el fin de semana, siempre surge algo y a todo acude, amiga de sus amig@s, manos finas y cortas, no comía nada, creció poco, 1,60, ex-bailarina, entusiasmada, usa poco el teléfono, ni lo justo siquiera, poco romancera, en eso no ha salido a su madre, ojito derecho del capo de familia, siempre necesita dinero, quién pudiera darle todo lo que se merece!!!!!!!!!.
Sus amigas le hicieron este vídeo cuando cumplió 21 y hoy he querido compartirlo con vosotr@s porque se encuentra en el Norte, en Santander, en el CEAR, siempre en medio del agua, como los patos y no podremos tirarle de las orejas hasta el Domingo.

Una de vosotras la tiene cerca y me la protege si pasa cualquier cosa,.
Claudia, pendientes te quedan: el pastel, los besos y regalos aunque tú por ti misma eres ya un gran regalo.
Gracias Maricruz por ayudarme a subir el vídeo, por eso y por tanto.

18.2.09

Reconfortantes caricias en la espalda


Hay tres mundos aquí en internet por los que me pierdo: uno es la cocina, otro es la ilustración y el otro es el crochet, tejer y demás labores.
Cuando era niña, aprendí a hacer ganchillo al lado de mi abuela. Salía del colegio y me apasionaba entrometerme con los corrillos de abuelas que tomando el sol se juntaban para hacer sus labores. Mi abuela hacía ganchillo con una perfección insuperable, hacía y deshacía hasta que le salía perfecto, era muy puntillosa y trabajadora. Aquel ganchillo era como todas conoceréis, de color blanco o beige, no tenía más trascendencia que el punto, el secreto estaba en un punto u otro. Después todo esto pasó de moda y se impusieron otros estilos sobre todo en la gente joven, que si teníamos algo era porque nuestras abuelas o madres nos lo habían hecho para casarnos o juntarnos, en fin. Mi madre mucho ganchillo no hizo, la verdad. Y mi abuela, del que hizo, a mí nada me llegó.
Cuando me casé, la tía de mi marido, que también es del gremio, me hizo varias cosas pero, hay tantas otras alternativas que no me decanto por este estilo, verdaderamente no es lo mío.
De repente un día conozco el blog de Chuculeta y ahí vi París (bueno Paris ya lo había visto, es una expresión), aquello era ganchillo con gusto, de colores, otro mundo. A través de ella fui conociendo otros blogs y un día vi un chal que me dejó muerta, el Leaf Lace Shawl.
En el mundo de la cocina, cuando quieres un molde te lo compras.
En el mundo de la ilustración cuando quieres un cuento o álbum, te lo compras.
Pero en este mundo, si no sabes coger ni la aguja, dónde carajo consigues este chal?.
Sabía de lo que yo era capaz de hacer por los demás pero no sabía quién sería capaz de hacer algo así por mí.
Un buen día entré en un blog, del que me agradó mucho la fotografía, olí bondad (algo para lo que tengo un sexto sentido), y sin haber mediado antes ninguna palabra, lancé mi encargo, pidiendo presupuesto por algo que tenía un valor incalculable pero creyendo siempre en la buena fe de la gente. Tardé en recibir respuesta, supongo que por la contrariedad suscitada, y esa respuesta fue "tiempo". Bueno, si solo se trataba de tiempo, quizás algún día tuviera mi encargo. Y como los presupuestos no entraban en los planes de la artista, acordamos un intercambio.
Pasaron los meses, todos estos duros meses y, como todo llega, también llegó el chal, en forma de abrazo para este periodo de postoperatorio.
Quizás fue un atrevimiento por mi parte, un capricho, un "lo quiero". Solo la artista sabe lo que fue.
Con ello quiero deciros que lo mejor en la vida siempre está por llegar, que no desfallezcáis, que lo que no sucede en una época sucede en otra, que lo que no os llega de alguien que esperáis, os llega de alguien especial, mágico, puesto en vuestro camino para sorprenderos como todo esto me ha sorprendido a mí. Es muy fuerte, pedir algo así a alguien que no conoces de nada, que confíe en ti, que compre el material, que dedique su tiempo, que es oro para todos, y que te haga llegar de sus manos, de su sudor, una caricia semejante en forma de regalo.
Está claro que habrá un intercambio, pero el valor de su regalo es incalculable en estos tiempos en los que no nos detenemos por nadie, y menos, mucho menos a tejer para un desconocido.

Si queréis ver mejores fotos visitad el blog de Cannnela, quien además de ser una artista con las manos lo es con los ojos que pone detrás de la cámara para captar, quizás porque todo lo hace con el mismo amor.
Si yo supiera hacer estas maravillas, no dormiría por las noches, teje que teje.
Gracias B.

15.2.09

Corazón gris


Ayer fue como todas sabéis y algunas supongo que celebrasteis, San Valentín. Siento que es la fiesta más hipócrita que se celebra en esta sociedad, entre otras cosas porque los que vivimos en pareja, casados, enamorados o no, no necesitamos de ningún santo para demostrárnoslo ni de ningún día en especial que venga impuesto por un calendario, pero a los centros comerciales les venimos de cine y en plena crisis todavía se atreven a poner nuestro amor en la balanza para catalogarlo según alto sea nuestro consumo.
Si después de tener una persona a mi lado 27 noches durmiendo en una silla en el hospital,  la primera vez y unas 7 u 8 esta vez, necesito de un día para que me demuestre si está o no enamorado de mí es que tengo taponadas las arterias del corazón.
A estas alturas de la vida y tras tantos sucesos, una ya no sabe si el corazón que le bombea cada día es , como aquellos años, ♥ como siguió años después o como la vida se ha empeñado en convertírmelo, pero lo cierto es que hago mucho esfuerzo para que de él salga lo mejor de mí y concluyo que es un trabajo como otro cualquiera y que el amor, si no se alimenta y cuida, muere, sencillamente como cualquier pez de esos que nos gusta regalar a nuestros hijos para que tengan una muestra del mar entre sus manos sin llegar a pensar lo infelices que pueden ser los peces en el hábitat que les preparamos. Lo mismo pienso que sucede con el amor, deberíamos darle el mejor hábitat pero la rutina, los años, las cicatrices y la comodidad nos puede. Cada uno tiene una paleta de colores en sus manos y os deseo que cada un@ elijáis el color más agradable para vuestra vida.
Yo, en esta ocasión, como siento que la vida se me escapa de las manos y valoro cada vez más lo que tengo a mi alrededor, aunque no siempre tenga la destreza de demostrarlo, decidí celebrar el día con una comida al aire libre, una merienda familiar en casa y un intercambio de regalos.
La comida al aire libre fue en el picnic del Club Náutico. Hice un conejo al ajillo, una ensalada y picoteo. Nos dejamos acariciar por el sol, hacía casi un mes que no me veía con él cara a cara, entre idas y venidas del hospital a casa y demás salidas robóticas.

Las niñas navegaron como todos los fines de semana y la pequeña comió con nosotros en el picnic. Después se subió a los árboles, se auto hizo fotos dando saltos, mientras nosotros recordábamos el buen tiempo.
El excesivo sol no ayudó en nada para una buena calidad con las fotos pero nuestros cuerpos lo agradecieron con el frío invierno que está haciendo. Fue un día evocador, la verdad es que cualquier día estamos ya en Pascua.

Al ver este suelo de piedras redondas y pequeñas se me ocurrió echarme a leer un poco mientras la pequeña hacía de las suyas y qué pasó?. No me podía levantar, y ahora dejadme utilizar un taco, maldita pastilla antitumoral, que me tiene secuestradas las articulaciones, y eso que es la segunda que intento y parece que la estoy tolerando mejor pero como mejor estoy es en movimiento, en cuanto me siento un rato, al levantarme ufffffff no puedo con mi alma!!!!!!.

Cuando se retiró el sol nos fuimos a casa y a la hora de la merienda rompimos en pedazos este de chocolate e intercambiamos unos libros. El a mí: Palabras de amor de José Antonio Marina y yo a él Arrugas de Paco Roca (Premio Nacional del Cómic 2008) y desde aquí un brindis por el éxito del ilustrador valenciano en cuya obra se ha inspirado la Generalitat Valenciana para realizar su campaña del Alzheimer.
Una vez más la pastelería La Rosa de Jericó nos hizo disfrutar de su bien trabajado chocolate y puso el color adecuado a nuestro corazón del que no dejamos ni rastro, con la intención de ir dándole un nuevo color al tiempo que nos habituamos a nuestra nueva vida ya más tranquila, serena, sin molestias, puntos ni drenajes y con la conseguida postura de que, si hay algo importante es la gratitud a pesar de las imperfecciones.

Y vuestros ♥ cómo bombean?.
Aquí os dejo el mío, a petición de Cova, para que me lo reguéis cuando lo veáis flojear y contéis también siempre con él, esto último quisiera que ya lo supierais desde hace tiempo.