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18.12.08

POR ARTE DE MAGIA


Ya, ya pasó el bajón de la semana pasada. Ya me subo a los altillos a encerrar allí por unos días los amargos ratos vividos durante este año y me bajo todo un mundo mágico que me fuerza a sentirme feliz, el mundo de la Navidad: el árbol, el belén, las luces, todo lo que año tras año fuimos comprando porque cada vez que llegaban estas fechas las niñas querían algo nuevo para el árbol y la casa.

Ya encendemos las velas, destapamos el poupurri con ese olor a canela que perdura después de años.

Lo más difícil de todo, hacer cuadrar la guirnalda en la vitrina, se nos caen las chinchetas, nos ponemos nerviosos y al fin, todo queda bien, nos reímos y seguimos destapando.

No son de verdad, no son como los que vosotras hacéis, tan solo son de adorno. Habrá que probar a hacer los ginger de verdad.

Un montón de revistas en distintos idiomas, nos gusta conocer las costumbres navideñas en otros países. Ya vamos degustando turrones, chocolates y frutos secos. Faltan los pastelitos que harán nuestras madres y un mazapán grande que ya os enseñaré. Ellas son las encargadas de los dulces. Cenamos en casa de mis padres el día de Nochebuena y comemos en casa de mi suegra el día de Navidad. No soy yo quien guisa y aunque sigo de cerca la cocina es verdad que mientras ellas vivan serán las encargadas de estas comidas, siempre con nuestra ayuda y colaboración.
Para mí el gran protagonista: el Nacimiento. No es el que ponía de niña, que lo heredé pero con el tiempo se ha ido rompiendo y aunque lo conservo decidimos el año pasado comprar este sencillo. El Nacimiento que poníamos cuando era niña, esas caras de las tallas, se me han quedado grabadas, hasta la mirada del buey y la mula. Ha quedado en el altillo cuidando de mis tristezas y momentos de dolor, para los que también es Navidad.

Y de otros países nos llega la influencia del árbol, del que hemos ido colgando toda serie de joyitas encontradas en las más diversas tiendas. Este año mi hija Claudia no quería que lo decorara, quería poner tan solo el árbol, el lazo y dos cascabeles. Decía que su padre era el árbol, yo el lazo y ellas los dos cascabeles. Casi la mato, por cierto, dónde está la estrella?. Ha quedado dentro de la cueva del antiguo Nacimiento, uf que me toca subirme de nuevo!!!!.

Este plato es el de la discordia, como véis solo queda un polvorón. Mami, no saques esto, qué vergüenza, un polvorón. Pues nada, es lo que hay, lo que queda de los roscos de vino y aún no hemos llegado a las fiestas. Como no vengan las cajas de las Empresas vamos a tener que rellenarlo aunque sea de galletas María.

Por cierto, esto de las cajas me recuerda a que cuando era niña, a mi padre le regalaban tantas cajas que mi madre, que tenía el comedor cerrado (lo usábamos solo para las ocasiones, hacíamos vida en la salita y el salón estaba de muestra) lo habría para ponerlas encima de la mesa, como de exposición. Qué ilusión nos hacía!!!!. Entonces se tenían muchos detalles con todo el mundo, le llevabas aguinaldo a la maestra, al médico, al cura y .... algo que ha quedado en mi memoria: mi madre me preparaba una cesta con un poco de cada cosa y algunas botellas para que se lo llevara a la gitana Juana y a mí, que ya por aquel entonces me iban esos rollos, derechita me acercaba a casa de aquella mujer con un montón de hijos que vivían en unas condiciones ... bueno. Me pasaba un rato largo hablando con ella, me daba las gracias y con lo enana que era me volvía para casa pensando cuan afontunada era. Aquella época desembocó en una crisis, no recuerdo el año pero sí recuerdo que mi madre decía: ahora ya ..ni "Fredi" agradece nada. De juntarnos con varios jamones pasamos a tener que comprarlo. Supongo que son épocas, crisis como la que estamos pasando. Y por Dios, no nos pongamos a hablar de política que ya el fisio esta mañana se ha pasado la hora amasandome el brazo al tiempo que me contaba la Historia de España. Sí, a mí, mujer de ciencias que no tengo ni puñetera idea de Historia aunque viva con un especialista en ella.
Y para que el post no resulte aburrido os dejo con el posado navideño de la bailarina Helena que está ensayando el festival de Ballet de Navidad:

Con el calcetín de Papa Noël.

Al lado del árbol como las hijas de las artistas hacen para las revistas del corazón.

He querido haceros partícipes del ambiente de nuestra casa que, como por arte de magia, ha recuperado por unos momentos la ilusión que siempre nos ha caracterizado.
Al Nuevo Año no le pido nada, absolutamente nada. Tan solo doy gracias por haber encontrado gente que me ha apoyado tantísimo durante este año tan difícil. No puedo en palabras explicar lo que sois para mí. Me quedo con una respuesta vuestra a un comentario que dejé en uno de vuestros blogs  y que me decía: ..... tenemos la obligación de ser felices. Me está haciendo reflexionar mucho, te lo agradezco Mar.
FELIZ NAVIDAD A TOD@S Y QUE EL AÑO NUEVO NO OS ALEJE DE MÍ, uy pero si ya he pedido algo!!!!!.

17.12.08

LA GRANADA



"Cuando dejamos que las experiencias de la muerte nos toquen y nos conmuevan, volvemos al mundo con los granos de la granada, esa fruta que por fuera parece soleada y entera, y sin embargo por dentro es sumamente compleja y está llena de oscuros granos que recuerdan al mundo subterráneo." (El cuidado del Alma. Thomas Moore).



Este fue nuestro postre anoche. La temporada de la granada está llegando a su fin. Según Helena, mi peque, es una fruta que si no costara tanto de pelar y no tuviera esa cosita dura y amarilla dentro, sería un manjar. Ahí queda eso. Ya os podéis imaginar quien se encarga siempre de pelarlas, y no soy yo.



Las manos de mi hija mayor Claudia, salen por la mañana temprano y vuelven a casa tarde. A esas horas lo agradecen todo, después de tanto trabajo y comida en la Universidad.