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15.9.08

SEPTIEMBRE


Ya vienen los cakis, os gustan?. Esta rama toca casi el suelo y mi suegra se niega a cortarla, así que hay que hacerle la reverencia cada vez que pasas por su lado.

La semana pasada conocí a Margarida, del blog Acibechería. Su hija me habló de fotografía y me ayudó a decidirme en mi compra de la cámara. Teníamos casi 40 grados en Valencia, quedamos en el centro y fue un placer conocerlas.

Y ese día me compré la cámara, inspirada en el grave poniente. No me compré la que me hubiera gustado porque entonces la temperatura de la ciudad hubiera subido a 59 grados al encenderse la Visa pero sí la que quería. Así que ya tengo parte de la infraestructura para seguir con el blog sin andar robando la cámara de otros.

La otra parte debe residir en el cerebro y creo que no estoy en mi mejor momento. Septiembre me ha traído una fuerte depre, han sido muchos esfuerzos por aparentar vida donde esta se consumía, un difícil verano que muchas de vosotras conocéis, mucha tensión acumulada, mucha falta de autoestima, intentos fallidos de alimentación que por otra parte no son solución a nada, desencantos, decepciones. Dos meses de adaptación a una pastilla antitumoral que no me dejaba moverme y aún así he corrido por ríos y montes sin entregarme porque si me quedaba quieta era peor. Y entre tanto dolor, nunca he veraneado con un cuerpo tan extraño como este, que me tira, me acorta el pectoral y sufro una tendinitis si las pruebas no indican lo contrario. Me caga tener que pedir ayuda para vestirme, con perdón. Cada vez tengo el brazo más inútil. Y todo porque mi hoja de interconsulta para Rehabilitación se perdió. Hasta que volví a darles un toque he estado sufriendo el dolor a pelo, sin medicación y empeorando cada vez más.

Pero eso no es lo peor, el dolor purifica. Lo peor es que estoy harta de que me potreen. Mi sexto sentido me dice que huya, que me quede con quienes me aportan algo, pero es tan difícil. Siempre vuelvo al campo de batalla, doy lo mejor de mí misma para recibir a cambio coces. Entonces me juro a mí misma que no volverá a suceder, que quien quiera que venga a verme ... todos esos pensamientos que cuando me planto, surgen como propósito pero nunca cumplo porque acabo sucumbiendo ante esa gente que me tiene tomada la medida y logra humillarme con sus no aprecios que no desprecios.

Me acaba de escribir una amiga y dice que el dolor causa depresión. Aquí el plato está servido y compuesto de rebanada de dolor físico con lonchas de dolor emocional, espolvoreado con miedo, terrible miedo a la operación que se avecina. Los cirujanos son muy cómodos, me ofrecen la operación porque soy joven (extirpar la otra mama por prevención y por estética, por simetría) y tengo que ser yo quien decida sin saber el destino de esa mama. Y si me da un infarto cuando entro en el blog de Ibán y veo uno de esos panes, por decir algo, de qué me sirven las dos tetas simétricas?.

En fin, esto más que un post es una reflexión ante un espejo que me devolverá vuestras miradas, que por ser cariñosas, distintas y variadas, me ayudan a centrarme y tomar decisiones. Sacudíos el hombro por mis lloriqueos y comentad, os espero.


Música: No surprises de Radiohead, regalo de Izaskun.